Cansado de que su cosecha fuese parcialmente destruida una y otra vez por aquel pequeño animal, el labrador consiguió por fin capturar a la zorra. Sin ninguna piedad, le echó aguardiente por todo el cuerpo y luego le prendió fuego.
Sabiendo que iba a morir, la zorra se puso a correr por medio de la cosecha, y todo a su alrededor comenzó también a incendiarse.Mientras se alejaba, decía:
-¿La próxima vez procura ser comprensivo e indulgente!.¡Siempre es mejor dar un poco de lo que se tiene que querer guardarlo todo!.¡Siempre que hacemos un mal acaba volviéndose contra nosotros!.
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