Señor sargento Ramirez
pongame usted los grilletes
y cumpla con su deber
si usted me hubiera hecho caso
cuando yo se lo pedía
no hubiera hecho ese crimen
que acabo de cometer.
Entre los juncos del río
los dos se estaban besando
y una sombra blanquecina
se interpuso entre los dos,
señor sargento Ramirez
por el amor de Dios
no le digas a nadie
lo que hice yo.
Señor sargento Ramirez
martirio me da un cristiano
y he tenío que tomarme
la justicia por mi mano
yo quisiera maldecirlo
pero me falta serrano
valor para aborrecerlo.
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