domingo, 19 de abril de 2009

EL ROBLE Y EL JUNCO

El roble la dijo a el junco:

-Tienes buenos motivos para quejarte de la naturaleza.

-¿Por qué?-pregunto el junco.

- Un pajarito es una pesada carga para ti, cualquier vientecillo que casualmente roce la superficie del agua te obliga a inclinar tu cabeza.

Entonces el junco le contentó:

-Eres muy amable al preocuparte por mi, pero no te inquietes, los vientos son menos temibles para mí que para ti, porque yo me doblo, pero no me rompo.

-Hasta ahora- le dijo el roble- has resistido sus temibles golpes sin quebrarte, pero espera al fin.

Cuando terminó de hablrar, por el extremo del horizonte surgió con furia el más espantoso de los hijos del viento del Norte, que nunca había llegado hasta allí.

El viento empezó a soplar y soplar el árbol se mantuvo erguido, el junco se inclinó. El viento aumento su fuerza muchísimo más y arrancó al roble mientras que el junco se inclino pero no llegó a romperse.




Moraleja: No hay que despreciar a nadie creyendo que tú eres el mejor, porque por frágil que parezca posee igualmente su fuerza y naturaleza.

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