Pasó la reina una tarde
por la vera de una rosa
si la rosa era de nieve
la reina era más hermosa
y cortándola del tallo
con manos de terciopelo
en un alfiles de plata
se la prendió sobre el pelo
y por la noche en la Alhambra
mientras la rosa maría
llorando en los arrayanes
el viento triste decía:
-Ay!! mi rosa de la Alhambra
rosa de la morería
haré lo que tu me mandes
por tal de que seas mía
manda replicar campanas
que yo las replicaré
manda que se seque el Darro
y que no vuelva a correr
pero por amor de Dios
pero por amor de Dios
no digas que no te quiera
porque eso no puedo yo.
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